Hay que dejar que el mercado se ajuste por las leyes del embudo, mientras tanto se forran los intermediarios, se arruinan los ganaderos y agricultores y los ciudadanitos nos apretamos el cinto cinco ojales más.
Esta es la ley de la oferta y la demanda y la solución no está en demandar a los atracadores porque están dentro de la ley, así que lo que nos queda es ofrecer; ofrecer a todos los santos nuestras plegarias para que un diluvio universal borre del planeta a los usureros.
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