No hay nacionalidades para los soldados que forman parte de la ISAF, para estos soldados que ven reflejada su vida en los ojos de sus compañeros al sentir los mismos sentimientos, al esperar igual que ellos que termine la guerra y que su sacrificio sirva para que la justicia perviva para siempre en esa tierra extraña que en ocasiones no reconoce su entrega.
Este camino compartido en situaciones de peligro hace que afloren los sentimientos y que se entregue la amistad sinceramente en cada apretón de manos, en cada saludo y en cada despedida.
Es por esto que la pérdida de un soldado es para sus compañeros una separación desgarradora sin importar su país de origen. Ellos han perdido tres compañeros de viaje que no será fácil olvidar.
Quiero darles a sus familiares mi más profundo pésame por la pérdida irreparable y quiero que sepan que en Afganistán hay 130000 personas que les acompañan en sus sentimientos
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