El regreso a Itaca:
Ya los viajes de Ulises estaban casi terminados. Los feacios le acogieron con bondad y cargándole de muchos regalos, le hicieron llevar hasta Itaca. Estando aquí recibió un mensaje de Telémaco que así decía:
Ha caído sobre Grecia como una peste una angustiosa crisis que está a punto de destruir rápidamente los empleos y nos va a hacer perder todas las haciendas: asedian a mi madre, aunque ella no lo quiere, unos pretendientes hijos de hombres que son aquí dedicados a las finanzas y a la política. Estos vienen todos los días a mi casa y sacrifican bueyes, ovejas y gordas cabras y se banquetean y beben a cántaros el rojo vino. Así que se están perdiendo muchos bienes mientras nos exigen a nosotros los más pobres que nos apretemos el cinturón y que paguemos los platos que ellos han rotos. Os ruego pues Ulises que puesto que estáis enterados de las tropelías que estos indeseables nos causan en tu ausencia, volváis con vuestro pueblo y nos libréis de esta lacra de parásitos
Ulises que anhelaba descubrir nuevos mundos, reconoció que su misión en la tierra era reconquistar su reino, que estaba en manos de ese tropel de financieros, príncipes del engaño pretendientes que, reunidos en torno a políticos sin escrúpulos, y devorándolo todo, imponían su ley arruinando el país. Muy hábilmente siguiendo el ejemplo de islandeses y españoles, disfrazado de perro flauta, Ulises consiguió deslizarse en su casa, sin dejarse reconocer más que por algunos hombres de Syriza entre ellos por Alexis Tsipras y por dirigentes de otras nobles organizaciones que buscan cambiar este mundo consumista en poder de grandes grupos financieros.
Con ocasión de una manifestación pacífica consiguió movilizar a todo Grecia lo que le permitió con la presión popular y la exigencia pacífica, renegociar las deudas que el pueblo no había generado, sino la malversación de sus políticos.
Penélope quedó así libre de los pretendientes que lo único que deseaban era manosearla y gozar de sus encantos para abandonarla después a su suerte.
Así se termina la Odisea, pero la "saga" de Ulises no se acaba con eso. Se contaba que el héroe había vuelto a hacerse a la mar, y había transmitido su indignación a otros pueblos ultrajados que siguieron el ejemplo de los griegos y se libraron pacíficamente de la tiranía.
El final de la Odisea como sabéis no depende solamente de Ulises, es necesario que el mensaje se extienda por todo el orbe y esa es la misión que tenemos los ciudadanos nobles del mundo
Ha caído sobre Grecia como una peste una angustiosa crisis que está a punto de destruir rápidamente los empleos y nos va a hacer perder todas las haciendas: asedian a mi madre, aunque ella no lo quiere, unos pretendientes hijos de hombres que son aquí dedicados a las finanzas y a la política. Estos vienen todos los días a mi casa y sacrifican bueyes, ovejas y gordas cabras y se banquetean y beben a cántaros el rojo vino. Así que se están perdiendo muchos bienes mientras nos exigen a nosotros los más pobres que nos apretemos el cinturón y que paguemos los platos que ellos han rotos. Os ruego pues Ulises que puesto que estáis enterados de las tropelías que estos indeseables nos causan en tu ausencia, volváis con vuestro pueblo y nos libréis de esta lacra de parásitos
Ulises que anhelaba descubrir nuevos mundos, reconoció que su misión en la tierra era reconquistar su reino, que estaba en manos de ese tropel de financieros, príncipes del engaño pretendientes que, reunidos en torno a políticos sin escrúpulos, y devorándolo todo, imponían su ley arruinando el país. Muy hábilmente siguiendo el ejemplo de islandeses y españoles, disfrazado de perro flauta, Ulises consiguió deslizarse en su casa, sin dejarse reconocer más que por algunos hombres de Syriza entre ellos por Alexis Tsipras y por dirigentes de otras nobles organizaciones que buscan cambiar este mundo consumista en poder de grandes grupos financieros.
Con ocasión de una manifestación pacífica consiguió movilizar a todo Grecia lo que le permitió con la presión popular y la exigencia pacífica, renegociar las deudas que el pueblo no había generado, sino la malversación de sus políticos.
Penélope quedó así libre de los pretendientes que lo único que deseaban era manosearla y gozar de sus encantos para abandonarla después a su suerte.
Así se termina la Odisea, pero la "saga" de Ulises no se acaba con eso. Se contaba que el héroe había vuelto a hacerse a la mar, y había transmitido su indignación a otros pueblos ultrajados que siguieron el ejemplo de los griegos y se libraron pacíficamente de la tiranía.
El final de la Odisea como sabéis no depende solamente de Ulises, es necesario que el mensaje se extienda por todo el orbe y esa es la misión que tenemos los ciudadanos nobles del mundo
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