Pederastas encubiertos
La Iglesia Católica Apostólica Romana ha permitido el delito más abominable y niños de todas las partes del planeta han sido víctimas de asquerosos pederastas disfrazados con sotanas amparados por el silencio cómplice de sus superiores.
El Jesucristo que yo conozco los arrojaría al mar con una piedra de molino atada al cuello. La Iglesia por el contrario los acoge en su seno
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