Esperanza Aguerrida ya no susurra al oído encrespando a quien no piensa como ella (cosa harto difícil para un obrero, un pequeño empresario o un sindicalista), ya no disimula ni se mide en sus comentarios antidemocráticos. Ha criticado a los sindicatos que han convocado la huelga general contra la reforma laboral por manifestarse en la Puerta del Sol "como si fuera la Bastilla" a la vez que ha asegurado “estos sindicatos caerán como el muro de Berlín".
Lo peor es que me temo que quería decir que caerán como chinches.
Estos son los demócratas que gobiernan en España y que insultan llamando revolucionarios a cientos de miles de personas que ejerciendo sus derechos se manifestaron pacíficamente contra una reforma injusta que nos lleva a la precariedad y originará mas de 600000 parados y este dato lo afirma Rajoy.
Meter a los violentos en el mismo saco que los manifestantes es repugnante y demuestra a que nivel pueden llegar nuestros dirigentes.
Un político tiene que medir sus palabras.
La Esperanza es lo último que se pierde, pero esta Esperanza no nos importaría perderla.
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