Había una vez un país embrujado y corrompido, donde el dinero sucio circulaba a raudales, dinero de mordidas que habían traído la ruina y la miseria, el dinero asqueroso conseguido de triplicar las facturas de las obras faraónicas y que Hacienda recaudaba con descuentos a personas respetables otros tiempos del partido que gobierna y que siguieron cobrando buenos sueldos a pesar de sus infames corruptelas.
Mientras unos dirigentes que se llenaron la boca hablando de democracia, de progreso y criticaban la herencia recibida dejando detrás de sí la sombra negra del paro, dependientes sin ayuda, profesores sin empleo en un país atrasado, enfermos sin hospitales, hacinados en pasillos, ciudadanos sin derecho a la justicia por las tasas abusivas , regatos rojos de sangre de personas empujadas a terminar con su vida por la usura y la rapiña que los echó de sus casa manteniéndole la deuda, disparando intereses de demora de vampiro prestamista .
Había un país hambriento de justicia, cansados de sus políticos corruptos, de los impuestos sangrantes para mantener enormes privilegios de las clases dirigentes, los que nos cuentan los cuentos y no se aprietan el cinto; los de siempre.
También había una luz que marcaba el horizonte, millones de ciudadanos enfrentados al sistema, firmando contra las leyes que nos roban y encadenan, defendiendo la Sanidad, exigiendo dimisiones, desenmascarando corruptos.
También había una luz y brillará mucho más fuerte y espero que llegue el día que ciegue a los que se venden por unas cuantas monedas sucias como sus ideas
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