domingo, 21 de febrero de 2016

Carta abierta a José María Martín Corrochano

Honor es defender y respetar nuestras mujeres militares, algunas grandes profesionales como la  excapitán Zaida Cantera, la exmédico militar Elisa Romera, la exsoldado Cristina Muñoz Gago.

Honor es no distinguir entre militares de academia y militares de complemento a la hora de promocionar y entregar medallas al mérito militar.

Podríamos leer un poco al Teniente Segura y seguir hablando de honor.

Muchos militares españoles han llevado el honor hasta el extremo de entregar sus vidas por un ideal, muchos recientemente han perdido sus vidas sirviendo a España en misiones extranjeras y algunos en situaciones que sería adecuado investigar  con más profundidad,  aunque solo fuese por respeto a los familiares de los fallecidos  como   el Accidente del Yak-42 en Turquía hace diez años



Tenemos que estar muy agradecidos a nuestros militares siempre dispuestos a cumplir generosamente con su deber,  pero no podemos caer en la trampa de envolver al Ejercito con una gran bandera de España y considerar honorable todo lo que hay dentro y deshonorable todo lo que se aparte de esta institución que debe mejorar en algunas facetas.

Creo que Julio Rodríguez es responsable de todas las decisiones personales que ha tomado en El Ejercito y que por ellas se le debe juzgar, creo igualmente que se le debe juzgar por todas las decisiones que tome en el desarrollo de los cargos que pudiese desempeñar en su nueva trayectoria, pero lo que no estoy en absoluto de acuerdo es que se le juzgue por quién estornude en Navarra. Estoy seguro por el ardor de la carta de José María Martín Corrochano que se trata de un militar  intachable, incorrupto, disciplinado, justo con sus subalternos, y leal a sus mandos. Seguramente se trata de un militar de Academia y como tal llegará a una alta graduación  por el desempeño intachable de su deber,  por lo que de antemano ya le estoy agradecido, como agradezco a todos los profesionales su labor, su entrega  y su sacrificio, que han convertido a España en un gran país a pesar de la corrupción que nos empaña. Tan solo le pediría a José María Martín Corrochano  que abriese un poco el enfoque para ver a Julio Rodríguez con mayor profundidad de campo.

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