Cuando ilusionados e ingenuos, alentados por el euro-patriotismo que infundían e irradiaban nuestros líderes políticos, votamos enardecidos, contagiados por los cantos de sirena, la Constitución de Europa, pensando en la gran unión de nuestros pueblos, que nos traería paz y acercaría la justicia a las regiones más lejanas y riqueza a los más pobres ¿Cuántos creían que en vez de una unión se trataba de una colonización y que la justicia se haría entregando el patrimonio de los pueblos; las viviendas, las esperanzas, las personas y el futuro de los hijos en manos de los grandes financieros? ¿Cuantos pensaron que se iba a exprimir hasta el ultraje a países con tanta historia y cultura como nos aportó Grecia? ¿ Cuantos pensaban que Ulises tambien sería encantado no por voces, por caricias y por el beso de Judas ¿ Cuantos savían que serían humillados los paises que lograron con sus grandes navagantes ampliar los horizontes como Portugal y España?
Hasta el gran imperio Roma, que llenó el mundo de grandes acueductos, de maravillosos puentes protegidos hoy los puentes que le unen con Europa son las deudas y esos puentes si no paga a tocateja darán paso a las legiones financieras que permiten el saqueo sin destrozar las riquezas materiales aunque lleban a las gentes al suicidio y recuerdan a los heroes numantinos.
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