Hace un año, el joven comerciante Mohamed Bouazizi, de 26 años, se quemó en la puerta de la sede del Gobierno regional de Sidi Buzid, para protestar por la incautación de su puesto de verduras por la policía, lo que originó un movimiento solidario de protesta social entre los jóvenes pobres y en paro de dicha deprimida localidad del centro del país. Su sacrificio inicio la marcha imparable de los pueblos oprimidos hacia la justicia y la libertad
No será fácil como podemos comprobar por la situación en Egipto y Siria y los artificios de los poderosos que cambian la piel de lobo por la de cordero pero siguen gobernando con látigo y cadenas.
La muerte de ciento de inocentes es una semilla que dará fruto porque nada puede ocultar la realidad de los hambrientos masacrados
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