El origen de la crisis está claro
La avaricia desmedida de la clase dirigente con sus sueldos y prebendas que administran sin control y generan unas deudas abisales reflotando a costa nuestra a los que crean la crisis.
La codicia de banqueros que inyectaron sus ponzoñas creando desconfianza y que atacan a sus presas desahuciadas, como hienas carroñeras, valorando propiedades que en su día habían tasado cual palacios como si fueran chabolas a la hora de cobrarse la carnaza.
La codicia de banqueros que inyectaron sus ponzoñas creando desconfianza y que atacan a sus presas desahuciadas, como hienas carroñeras, valorando propiedades que en su día habían tasado cual palacios como si fueran chabolas a la hora de cobrarse la carnaza.
Pero el saco ya está roto y ahora es culpa de la presa por estar en el sendero de la hiena.
Nos dirán que derrochamos sin medida, que pedimos sin medir las hipotecas, que no somos productivos, cuando el lastre en las empresas no tiene nada que ver con el obrero.
Tratarán de que cojamos el complejo de que es solo culpa nuestra y no de ellos.
Es mentira y es injusto y es penoso que mantengan los abusos, no se puede tolerar tanto desahucio de familias que han caído en la enorme telaraña que han tejido con tesón tantas arañas.
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