jueves, 2 de septiembre de 2021

El progreso, el Comercio, la Macroeconomía y el Becerro de oro

Los ciudadanos se convierten en zombis enganchados a un consumismo chabacano, generando millones de toneladas de basura con ropas de comprar y tirar, confeccionadas en países que convierten el trabajo en una insalubre esclavitud, Los corruptos que saquean el país no devuelven su botín y esperan en cárceles de lujo los indultos. Las eléctricas no solamente multiplican sus beneficios poniendo el recibo de la luz a un nivel de artículo de lujo, sino que con derechos de pernada, también vacían los pantanos, creando un daño irreparable a la fauna a los agricultores y ganaderos y para más inri, se hacen con los parques eólicos en zonas paradisiacas, parques protegidos, acrecentando los monopolios mientras los ayuntamientos permanecen pasivos, sin participar en la tarta La falta de infraestructuras y de servicios esenciales, la economía de mercado, la legislación, la falta de profesores, médicos, empleos, transporte, farmacias... provoca el éxodo en los pueblos y aldeas que languidecen sin niños ni jóvenes, habitadas por ancianos hasta su abandono definitivo. Los ganaderos y campesinos son estrangulados por los mayoristas e intermediarios con beneficios que no cubren gastos, mientras los consumidores pagan precios abusivos por los productos. Los bancos, que fueron reflotados con el objetivo de mantener los puestos de trabajo, cierran cientos de sucursales y ejecutan decenas de miles de despidos. Por otra parte, los clientes forman grandes colas para realizar sus gestiones y pagan por dejar el dinero a su entera disposición; un dinero virtual, sin respaldo generado por la deuda. Los trabajadores perciben salarios con los cuales no alcanzan a fin de mes, mientras crecen los ricos y mientras seguimos con un salario mínimo, que no llega a mil euros, mientras tragamos con la reforma laboral que Pedro Sánchez prometió eliminar si llegaba a gobernar. Las viviendas sociales son un negocio para gobiernos peperos que las venden bajo precio de mercado con inquilinos dentro a fondos buitre, mientras los alquileres obligan a los ciudadanos a dejar el centro de las ciudades y vivir en el extrarradio, o a mal vivir compartiendo el espacio en cajones sin luz. La justicia sigue siendo un pastel que se disputan entre partidos políticos para hacer de colchón de sus corruptelas. La Ley Mordaza sigue siendo un yugo que atenaza derechos sociales Las grandes empresas mineras se arrojan como buitres sobre zonas protegidas, provocando talas de encinas centenarias, transformando el paisaje y envenenando el suelo, perjudicando a los ciudadanos gravemente, para engordar los beneficios de multinacionales con el expolio de tierras raras y minerales. Grandes empresas cárnicas hacen florecer enormes granjas donde el ganado se engorda con hormonas, enjaulado en cinco metros cuadrados y el suelo se convierte en un pestilente purín que lo envenena todo. Las multinacionales que trabajan los campos, recurren a monocultivos, arando la tierra y destruyendo el sistema reticular, nutriendo con fertilizantes químicos grandes extensiones, empleando pesticidas, herbicidas, para recolectar grandes cantidades de productos de dudosa calidad, mientras el suelo se exprime, dejando al final una zona desierta y polvorienta donde se han destruido las bacterias, los hongos, los ácaros, las lombrices y convirtiendo un campo fértil en un desierto estéril. Todos los mares como el desastroso ejemplo del Mar Menor convertido en una cloaca sin oxigeno, son colectores de inmensas cantidades de nitratos, nitritos, pesticidas… que provienen de las huertas explotadas y esquilmadas por desalmados adoradores del becerro de oro. Las basuras son gestionadas por mafias que solo se preocupan de su rentabilidad y así se vierten miles de toneladas de plásticos en el Mar o aparecen electrodomésticos por los que hemos pagado un canon para su reciclado en países en desarrollo. Igualmente cientos de miles de neumáticos usados de los automóviles que nos han costado un canon para reciclarlos se amontonan en grandes extensiones cerca de poblaciones, donde acaban siendo incendiados, como pasó en Seseña. Solo son reciclados los plásticos y embases que produzcan un beneficio inmediato; los demás, como si no contaminasen y fuesen ireciclables hay que tirarlos. Los campos están extenuados por el monocultivo y los abonos químicos, mientras tanto millones de toneladas de residuos orgánicos que tendrían que volver a la tierra y enriquecerla, facilitando la absorción de carbono de la atmosfera envenenada, son desechados como basura inservible Si este es el progreso que venga Dios y lo vea

No hay comentarios:

Publicar un comentario