sábado, 18 de enero de 2020

Cuidando la salud y la mente en un mundo envenenado





Los organismos tienen mucho que ver con la bioquímica, la electrólisis, electromagnetismo, las nanopartículas, los electrones, la formación de nanocristales y la multiplicación celular; los seres vivos somos un laboratorio que sintetiza la vida a nivel  molecular y biomolecular, un laboratorio de física, química y bioquímica que procesa millones de datos y realiza millones de fórmulas variando las proporciones de los componentes, multiplicando unas células y eliminando otras para mantener la vida de toda la comunidad; del Ser; la Reina Madre de la colmena que somos nosotros, los seres vivos. Todo este universo de moléculas y células en formación son inestables y dependen de las agresiones de agentes exteriores, del calor, de la luz, la presión, la humedad… y aún cuando el organismo trata de equilibrarse y pone en funcionamiento fórmulas y ejércitos defensivos, todos estos factores influyen en mayor o menor medida, según esté constituido el organismo; la salud la conducta y las reacciones serán tan dispares como una pequeña fiebre, una erupción, un ataque alérgico incluso la muerte, cada ser es un laboratorio especializado en distintos productos, reactivos, defensas y puede estar o no capacitado para dar una respuesta adecuada a intolerancias, alergias, infecciones... de aquí que pequeñas alteraciones producen cambios muy diferentes en distintos seres vivos que tratan de corregir  a nivel biológico para mejorar y tratar de cumplir el mensaje genético y mantener bien la salud. Estos cambios son más acusados en las condiciones en que vivimos;  rodeados de contaminantes, de productos químicos incluidos en el agua, en el aire, utilizados para producir alimentos más rápidamente, con abonos químicos, hormonas y vacunas empleadas para aumentar el peso, cambiar el sabor, combatir virus y otros como herbicidas, conservantes, aditivos y según la cultura del país o el cocinero de moda miles de recetas con distintas especias, ácidos, aceites, alcoholes, mientras tanto el resto de los animales se limitan a un tipo de alimentación específica con lo que el organismo se especializa más fácilmente para mantener las constantes vitales y la salud. Por otra parte nuestro cerebro y nuestro organismo beben de las fuentes, se adaptan y se adictan de las toxinas y mensajes distorsionados que con mucha frecuencia procesamos, nos pueden convertir en seres adictos o en bestias, a base de intoxicarnos con sustancias o con imágenes, ruidos y discursos. Todo este tsunami de reacciones químicas, biológicas, sentimientos, temores, nostalgias, deseos, ansiedades,  altera la evolución natural a niveles microscópicos  y  macroscópicos teniendo mucho que ver para bien y para mal con el micro mundo  de las células y el macro mundo de la fauna y de la flora del Planeta en que vivimos influyendo en la salud; enfermedades, sistema inmunitario y en lo que somos y seremos; por eso es necesario estar muy despiertos a lo que nos puede alterar las condiciones de vida, debemos tomar nota de todo lo que se ha comido, visto, oído cuando se detectan cambios desfavorables, dolores, angustias, ansiedades, adiciones, tendencias y ver si se los síntomas se repiten bajo las mismas circunstancias, para dejar de ver, oír o tomar lo que nos afecta negativamente; somos nuestro mejor médico, nuestro mejor psicólogo. Posiblemente para dejar ciertas adiciones tengamos que cambiar lentamente, el organismo se adapta a los venenos, drogas y al retirarlas se crea ansiedad. Lo primero que tenemos que hacer en este caso es mentalizarnos, nadie puede dar un paso que inconscientemente no desea dar, hay que convencerse y convencer a los que nos rodean de que eso que tomamos o nos inyectamos es una mierda, que no sirve para nada, que nos está matando y que lo vamos a dejar, tenemos que reeducar al cerebro  utilizando imágenes mentales negativas, como comparar el humo que sale de una defecación con el humo del tabaco, o la lava volcánica que abrasa las venas con la heroína que anula nuestra personalidad y nos esclaviza; tenemos que hacer una guerra diaria sin cuartel contra esas sustancias y después dejarlas, sustituirlas por algo que nos ayude, como puede ser, la compañía de un buen amigo, u otra sustancia no dañina que nos reduzca la ansiedad. 

Procuraremos llevar una vida sana, con deporte, sin tabaco, sin alcohol, sin café, una alimentación con poca sal y poco azúcar, a base de muchos vegetales y cereales y poca carne porque es más sano y más ético; matar un ser vivo para alimentarnos es un precio muy alto, si tomamos carne tomaremos la mínima para aportar un poco de proteína animal 

 Como somos procesadores con receptores que se pueden alterar a base de mensajes intoxicados, para mantenernos lo más sanos posible a nivel mental (lavados de cerebro) y ser capaces de discernir lo bueno de lo malo, es necesario hacer un buen análisis de la información, contrastando varias fuentes y teniendo una alta dosis de autocrítica.

Analizaremos los impulsos, los deseos incontrolables, para detectar las adicciones, nos pararemos a pensar que es aquello que no puedo dejar ni un momento, que forma parte inseparable de mi vida y que me aparta de todo lo demás y nos prepararemos para hacerle la guerra, pero mentalizados para hacerla de verdad, con todas las consecuencias y cada día que lo consigamos añadiremos una flor siempreviva a un jarrón, un corazón a nuestro cuadro abstracto, una medalla a nuestra chaqueta, crearemos algo que nos permita contemplar nuestros progresos y disfrutar viendo cómo crece nuestro tesoro. Si algún día fallásemos y cayésemos, volveremos a mentalizarnos enseguida y pasaremos a la acción inmediatamente, solo es un bache que tapar, eso no afecta a nuestra guerra personal ni a nuestra colección si no nos rendimos, si conseguimos seguir incluiremos una flor especial, un corazón mayor... por haber dado un gran paso.

 La persona que te habla dejó el tabaco, el poco alcohol que tomaba, los cuatro o cinco cafés diarios, la carne, la lactosa, el gluten, la pesca submarina que formaba una parte importante de su vida y no echa nada en falta y se siente plenamente sano y equilibrado. Todo se consigue poco a poco y cada día es más fácil. 

Es importante también ocupar el tiempo con actividades y manualidades; senderismo, dibujo, pintura, cerámica, música, micología...; el día tiene muchas horas y no es bueno permanecer pasivo porque esos huecos de hastío se llenan con vicios.

Tenemos que pensar que estamos formados por un universo de millones de células y organismos vivos, e igual que no nos gusta que se extermine la vida en los océanos, no debemos exterminarla en nuestro universo; cada bocanada de humo, cada pinchazo en la vena es una catástrofe.

Desde el primer momento que tomamos conciencia y luchamos para mejorar, tenemos que volvernos un ser activo y luchar por ayudar a otros, esto nos reafirmará en nuestra lucha particular  

Esto es un punto de vista de una persona que al vivir en este planeta tan envenenado, tiene también su dosis de veneno en la sangre y sus malas conexiones en el cerebro pero trata de purificarse mientras sigue remando en un mar de residuos y plásticos.


Te animo a que tú también lo hagas, serás más feliz y vivirás una vida más plena



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