Síntomas inequívocos de una enfermedad muy rara:
Jordi Evole lo mismo se enfrenta en duelo, sin armas en las
cananas con el Sheriff Joe Arpaio, azote
de los espaldas mojadas que increpa a Juan Cotino, como mosca cojonera, sobre las
dudas y lagunas del Metro de Valencia, que acosa a responsables de las empresas cárnicas, mostrando
imágenes de cerdos moribundos, o perturba
el sueño de responsables de empresas eléctricas, que nos electrocutan con
recibos bajo el mutis absolutis de nuestros políticos, que en muchos casos ocupan u ocuparán
poltronas doradas formando un enjambre de faroles de alto consumo enganchados a la red, por su gestión electrificante, tan electrificante que incluso les ha llevado a
cobrar impuestos al Sol y por lo que ahora tenemos que pagar numerosas causas
perdidas ante los tribunales
¡Sí! Jordi Evole no está bien, Jordi es un ser de otro mundo
con una extraña enfermedad que le ha mutado desde muy joven y le ha hecho
enfrentarse ardientemente contra las injusticias, las miserias, los poderes
fácticos y que nunca, nunca se ha acobardado por destapar las cloacas y dejar salir a
la luz tantas inmundicias, de las que los que padecemos esta amnesia democrática
no queremos saber, esta rara enfermedad le distingue de la mayoría de los seres
humanos y momias ambulantes que desayunamos todos los días un par de sapos
crudos sin rechistar ni decir ni mu, con
solo encender la Televisión.
Jordi, este Mundo sería distinto sin tanto plástico vertido
en islas de basura, sin tanta impunidad en accidentes enterrados bajo miles de
papeles, sin tanta basura embutida, sin tantos emigrantes ahogados en silencio,
sin tanto corrupto llenándose las alforjas si todos estuviésemos contagiados de
tu maravillosa enfermedad; enfermedad de entereza, de fortaleza, de integridad,
enfermedad de entrega sin ataduras a una profesión en que es tan difícil mantenerse íntegro sin perder el puesto y caer en desgracia por la gracia de muchos desgraciados agraciados por el enchufe divino de la Casta.
Evole te deseo que sigas así el resto de tu vida, sin
antídoto, enfermo de vocación y de amor.
¡Gracias por sacarnos tantas vendas de los ojos sin anestésia! has hecho lo imposible por devolvernos la luz, por abrirnos los ojos y sacarnos la viga. Perdona que muchos sigamos ciegos de vanidad, de consumismo, de egoísmo, de insolidaridad, de falta de empatía
¡Gracias querido Evole y vuelve pronto a la pantalla aunque solo sea para que tu presencia nos reconforte y nos haga reflexionar por el estado lamentable en que nos encontramos con nuestra actitud de muertos ambulantes y nos infunda un mínimo de sangre rebelde en las venas de horchata
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