lunes, 20 de mayo de 2019

Jordi Evole se enfrenta a una rara enfermedad




Síntomas inequívocos de una enfermedad muy rara:

Jordi Evole lo mismo se enfrenta en duelo, sin armas en las cananas con el  Sheriff Joe Arpaio, azote de los espaldas mojadas que increpa a Juan Cotino, como mosca cojonera, sobre las dudas y lagunas del Metro de Valencia, que acosa a responsables de las empresas cárnicas, mostrando imágenes de cerdos moribundos,  o perturba el sueño de responsables de empresas eléctricas, que nos electrocutan con recibos bajo el mutis absolutis de nuestros políticos, que en muchos casos ocupan u ocuparán poltronas doradas formando un enjambre de faroles de alto consumo enganchados a la red, por su gestión electrificante, tan electrificante  que incluso les ha llevado a cobrar impuestos al Sol y por lo que ahora tenemos que pagar numerosas causas perdidas ante los tribunales

¡Sí! Jordi Evole no está bien, Jordi es un ser de otro mundo con una extraña enfermedad que le ha mutado desde muy joven y le ha hecho enfrentarse ardientemente contra las injusticias, las miserias, los poderes fácticos y que nunca, nunca se ha acobardado por destapar las cloacas y dejar salir a la luz tantas inmundicias, de las que los que padecemos esta amnesia democrática no queremos saber, esta rara enfermedad le distingue de la mayoría de los seres humanos y momias ambulantes que desayunamos todos los días un par de sapos crudos  sin rechistar ni decir ni mu, con solo encender la Televisión.
Jordi, este Mundo sería distinto sin tanto plástico vertido en islas de basura, sin tanta impunidad en accidentes enterrados bajo miles de papeles, sin tanta basura embutida, sin tantos emigrantes ahogados en silencio, sin tanto corrupto llenándose las alforjas si todos estuviésemos contagiados de tu maravillosa enfermedad; enfermedad de entereza, de fortaleza, de integridad, enfermedad de entrega sin ataduras a una profesión en que es tan difícil mantenerse íntegro sin perder el puesto y caer en desgracia por la gracia de muchos desgraciados agraciados por el enchufe divino de la Casta.
Evole te deseo que sigas así el resto de tu vida, sin antídoto, enfermo de vocación y de amor.
¡Gracias por sacarnos tantas vendas de los ojos sin anestésia!  has hecho lo imposible por devolvernos la luz, por abrirnos los ojos y sacarnos la viga. Perdona que muchos sigamos ciegos de vanidad, de consumismo, de egoísmo, de insolidaridad, de falta de empatía
¡Gracias querido Evole y vuelve pronto a la pantalla aunque solo sea para que tu presencia nos reconforte y nos haga reflexionar por el estado lamentable en que nos encontramos con nuestra actitud de muertos ambulantes y nos infunda un mínimo de sangre rebelde en las venas de horchata  

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