Y así me fui para mi amo, que esperándome estaba.y juntos desandamos el camino y acercámonos prestos otra vez a Susana, pero juro que si volviese a caer en la desgracia, no me dolerían prendas para volver a recorrer los pueblos y contar mil historias a las bases que tan fieles se han mostrado en mi destierro
¡Tranquilo Pedro! la segunda ya tal!
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