Amantes de la bandera, del escudo de la patria, que adornan en
edificios, en palacios y también en la solapa.
Besan, juran en su nombre y la llevan en campaña donde se
matan los hombres.
La bandera representa, los que han muerto por la patria,
nuestro país, nuestra tierra, nuestra aldea, nuestra casa, la familia, nuestros
hijos, nuestra madre, nuestro idioma, nuestros principios sagrados, nuestra historia, nuestra patria.
Más allá de la bandera, de las representaciones, están los
hombres, mujeres españoles o inmigrantes, nuestros niños, nuestra tierra, nuestra aldea, nuestros hijos estudiantes que atraviesan la frontera sin futuro y que aman su bandera pero no tienen ni un duro si se quedan en su tierra.
Esto ya no es
simbolismo, es la verdadera patria, es la sangre de los celtas, de los godos, es la historia en el presente de un país que se desangra.
Hoy contemplo desolado los desahucios, el retiro de la ayuda
a dependientes, el negocio con enfermos y hospitales, con el agua, con la
vida y con la muerte.
Hoy contemplo el despotismo, los sobornos, los corruptos,
los indultos, los agravios de los que se sientes dueños del presente y se
visten de banderas mientras adaptan las
leyes para dejar ciudadanos sin derechos por llenar nuestro país de carreteras, de autopistas a la nada, ciudades de la cultura, chabacanas, redes del Ave estancadas con estaciones paradas pero que sacan tajadas suculentas a los que cuentan historias bananeras de patriotismo y amor a las banderas y permiten que seamos saqueados por las tropas de
la Troica que anteponen intereses de los bancos a derechos de los hombres,
mujeres, niños y ancianos de esta tierra.
¿Qué mensaje se mantiene con su conducta macarra? ¿De qué bandera alardean? ¿Cómo tienen tanta cara?
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