España siempre ha sido un pueblo codiciado por hordas de
bárbaros. La historia, pincela en nuestras mentes imágenes pasadas de suevos, vándalos,
alanos, godos, desolando nuestras tierras, robando nuestras cosechas, saqueando
las iglesias, arrojando de sus míseras pallozas a familias con sus hijos, sus
ancianos y marcando a sangre y fuego la memoria de unos pobres campesinos que
cuidaban su ganado, sus familias y sus campos armados solo con piedras, pero orgullosos,
altivos, decididos a inmolarse por no
agachar sus cabezas.
Con el tiempo visitaron nuestras tierras con la espada los romanos o usando la cimitarra los árabes.
Estos pueblos se impusieron por la fuerza, pero también nos legaron su cultura,
grandes puentes, acueductos, las mezquitas.
También las tropas francesas atronando con cañones impusieron su bandera y
sus leyes por cojones, pero al cambio aportaron una idea de gobierno que
distaba mucho del absolutismo reinante.
Los españoles no aceptan la opresión en sus fronteras de
invasores extranjeros.
Hoy nos invade la troica, se lleva nuestras riquezas,
imponiendo por la fuerza disuasoria financiera, la miseria, el descalabro, la ruina, el caos, la tristeza y amnesiados,
aturdidos de tantísima monserga de mentiras
como mundos nos callamos y acatamos tanta infamia de Bruselas.
¿Y qué tribus se asentaron y nos
roban esta tierra desde dentro, disfrazados, comiendo nuestras cosechas,
ocupando las viviendas de los pobres desahuciados, regalando las empresas que
eran propiedad del pueblo a amiguetes sin conciencia, cediendo los hospitales,
arrojando de su tierra a jóvenes sin maleta, sin ilusión ni futuro?.
¿Quién saquea nuestros fondos? ¿Quién deja a los empleados a la merced de tiranos,
a los niños sin transporte para acudir al colegio, sin comedores sociales y les
cobra a los enfermos terminales y deja a los pensionistas sin recursos?
No han cesado en esta tierra los saqueos, siguen pero desde
dentro las hordas con sus antorchas
arrasando nuestras tierras, robando nuestras riquezas pero hoy los españoles ya
no tienen el orgullo, el honor, la bravura, el apego hacia su tribu; solamente
le interesa consumir la porquería que le anuncian en la tele, seguir la fila
vacios, vivir de telenovelas, admirar el Gran Hermano y embadurnarse en la
mierda twittendo apirolados. ¡Que pena!
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