Viendo la cruel situación que atraviesa nuestra tierra, tantas
víctimas ahogadas en el paro y la miseria, viene a mi mente un naufragio, un
naufragio de galeras y así contemplo aterrados por jugadas financieras, con los pies
encadenados, clamando al cielo, afligidos, desorientados y hundidos, en un mar
de tiburones, postrados por decisiones de poderes corrompidos.
El agua inunda hasta el alma, el corazón, la justicia, reina
el terror, la codicia, muere la luz y la calma.
Sin que cesen los tambores marcando el ritmo severo, la
galera sumergida arrastrando a los avernos como si fuera carnada a una juventud cansada, engañada
por gobiernos que se alternan en España. Los obreros hacen agua, hacen agua
los parados, bracean los pensionistas que se sienten estafados.
También hay buenas noticias, hay yates en esta España que ya
no surcan los mares, eran yates sin remeros, no son tropa de batalla y se quedan en el paro pero
perciben a cambio trenta y tres días por año, les invitan a una fiesta por los
años trabajados y perciben entre todos un retiro millonario, uno coma dos millones, algo
es algo dijo un calvo, unos nacen con Fortuna, otros nacen estrellados, unos
reman en galeras y se mueren reventados,
otros navegan en yates siendo bien remunerados y acaban su travesía con los honores ganados
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