Rajoy celebra emocionado el impresionante golazo fuera de juego, que le metió a los pensionistas que se confiaban en sus promesas sin siquiera imaginar que un experimentado malabarista del pelotazo y la mentira nunca renuncia a un tijeretazo.
La Patronal y la Banca celebran desde la tribuna la jugada y hasta el árbitro se regodea mientras los pensionistas se hunden desconcertados.
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