domingo, 11 de diciembre de 2022

La estadística, las ruedas de molino y la Isla de las Candongas

Las estadística puede ser la mayor de las mentiras, y la media estadística, un parámetro soluble en ácido sulfúrico, pero insoluble en agua potable de la que necesitan nuestros campos, nuestros ríos, nuestros ancianos abandonados en residencias, nuestras madres que amamantan hijos sin futuro. Nos sirve la media estadística, para conocer la cantidad de litros de lluvia diaria, necesarios para tener los embalses a un nivel adecuado, siempre que los grades señores de las eléctricas y sus consejeros reclutados de poltronas políticas, no consideren necesario vaciarlos para lucrarse personalmente. Sin embargo, la media no nos sirve para conocer el número de personas que pasan hambre, de niños desnutridos, de miserias en un país rico. La media estadística nos dice que el salario medio en España fue en 2021 de 27.570 € al año repartidos en 12 pagas mensuales de 1542 euros. Esto es sonrojante para los que vivimos con los pies en el suelo y conocemos los salarios de hambre de mujeres sin contrato laboral, o el salario mínimo, o las pensiones de penosa subsistencia de much@s español@s y les causará risa sarcástica a muchísimos gerentes de empresas del IBEX35, alguno cobrando miles de millones de euros anuales, incluso mujeres que en este caso no son mujeres de servir, sino de buen vivir. Si para una estadística de alimentación saludable, se recogen los resultados de muestreo en una población de babosas, el resultado será que las amanitas faloides, son deliciosas y saludables. Si además, los medios de información están controlados por babosas, nos dirán que el salario de los obreros españoles nos lleva a la ruina económica, que los políticos y los gerentes tienen que cobrar más, que al dejar su cargo un presidente de gobierno, tiene derecho a cruzar la puerta giratoria para desarrollar sus habilidades, sean estas las que sean, como si son expertos en cazos, que hay que controlar los flujos migratorios de emigrantes y refugiados que huyen de las guerras que nosotros provocamos en los países que saqueamos, no así la especulación de las cadenas de distribución, porque el Mercado es libre, excepto cuando hay que reflotar a bancos que trapichean con preferentes o hipotecas subprime . Si los ciudadanos por su parte no dedican un mínimo de atención a lo que pasa con los fondos públicos, con las mamandurrias, con los sobornos, con las guerras por armas de destrucción masiva, con las promesas incumplidas de políticos que se preocupan de las chuches de los niños en campaña electoral y les importa una mierda su desnutrición cuando están en las poltronas del Poder, si los ciudadanos anestesiados y apirolados, inoculados por el virus del consumismo, o del programa actual de ¡La reina de las Islas Candongas y de su séquito de mamones” pues ya estamos preparados para arrastrar nuestras miserias con valentía, patriotismo y sumisión y seguir tragando con toda la basura de los medios de desinformación y oír los rebuznos de alguna parte del Congreso de los Disputados Escaños

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