martes, 13 de abril de 2021

El fichaje de Cifuentes

Creo que teniendo en cuenta el alto conocimiento de nuestros políticos en cocinar de la noche a la mañana cambios imprevistos. Considerando por otra parte la experiencia en chorizos caseros tan abundantes en este país de respetables embutidos, así como el pimiento que les importa la opinión pública y la cantidad de huevones que existen en el país, preocupados especialmente por el resultado del Barsa o del Madrid y del último fichaje de Gran Marrano o de la Isla de las Candongas y que les reflanflinfla un huevo y medio pepino lo que pueda ocurrir con sus pensiones, la edad de jubilación, el paro o los desahucios, considero un acierto el fichaje de Cifuentes por un programucho de pintaplatos, especialmente por el gran conocimiento de chorizos caseros y los tarritos que puede aportar para conservar salsas. En un país en el cual se han forrado los jefes de las cajas de ahorro que han convertido en merengue dichas entidades con las bendiciones de un Gobernador del Banco de España, que tantas veces nos pone la guinda al sugerirnos que nos apretemos los melones y mantengamos los mínimos salarios, este fichaje parece de lo más adecuado. Considerando que toda esta parrafada tiene tanto que ver con los productos de la cocina española que en algunas regiones ha pasado del chuletón de buey de Moaña de Galicia al Cielo revuelto con brisas de mar y panecillo de oro a la gelatina, delicia sublime de paladares de personajes de alto copete que presumiendo de sibaritas necesitan demostrar al resto de los mortales que hasta defecan con un gusto refinado y convierten en arte el papel higiénico después del uso, felicito por todo ello por el fichaje de la persona más despierta y con más experiencia en tarrinas, dotada a su vez de excelentes titulaciones. Puntualizo también que cocineros tradicionales como por ejemplo Arguiñano entre otros muchos cocineros vascos y gallegos, no tienen ni puñetera idea de la cocina de alto diseño y no le hacen mariconadas a las centollas, ni les ponen gelatina a las almejas. Yo no sé cómo seguimos cocinando los percebes sin flamear y no le ponemos unos panes de oro a las antenas de las cigalas para trasformar en un viaje gastronómico con Neptuno y la Sirenita lo que antes solo era una simple mariscada.

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