Pues miren ustedes señorías, estaba yo en la cafetería de la Universidad y le digo a un mozo
¡Mas te!
y raudo y veloz, sin saber de donde lo sacó, me trajo este máster
¡El máster es mio señorías que para eso he dejado una propina!
¡pídanle ustedes responsabilidades al maestro armero porque el mozo no se ni quien era!
y por favor, no me sigan que me perturban
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