El cerebro necesita información, si la información nos habla del sufrimiento y llega al corazón de una persona con empatía, despierta sus más nobles sentimientos, por eso lloramos hasta conmocionarnos con un drama en el cine, esta información nos hace pensar y modifica nuestra actitud mientras persista el recuerdo, si habitualmente vemos películas emotivas podemos llegar a modificar nuestra forma de ser, si por el contrario, nos atiborramos de películas de terror, violaciones...nos convertimos en seres insensibles o incluso podemos llegar a la degeneración. Se sabe que en muchos países se condicionó a la población con películas y publicidad, los japoneses lo utilizaron mucho en la Segunda Guerra Mundial, llegando a convencer a la población de que se enfrentaban contra enemigos perversos, hasta tal punto llegó el lavado de cerebro, que como ocurrió en Saipan, la población puede llegar al suicidio colectivo; familias enteras, se tiraban por barrancos antes de caer en manos del enemigo, esta comedura de coco, es una técnica que aún se utiliza en el mundo, por eso los gobiernos, sobre todo en países dictatoriales se apoderan de los medios de información. En la actualidad hay un grave conflicto en Corea por la información emitida por potentes altavoces que pueden alterar la actitud de los ciudadanos, a los que su gobierno mantiene con orejeras.
Cualquier psicólogo y cualquier gobernante conoce y utiliza estos métodos para conseguir un fin, estos métodos en un momento adecuado; una guerra, una crisis profunda, acentúan el mensaje y los resultados mejoran considerablemente; en esto se basa La Doctrina del Shock - Naomi Klein
https://www.youtube.com/watch?v=KLu7aAPhxAk
Somos muy manipulables, porque raramente leemos lo que hay detrás de la información
¿porque no nos cuentan la historia de un inmigrante de los que son detenidos con concertinas para evitar su entrada en Europa? ¿porque proyectan películas que son autenticas salvajadas? ¿porque hacen programas basura en todas las televisiones del mundo? ¿porque muy pocas películas educan en empatía, amor al prójimo, lucha por la justicia? está claro, quieren desde los gobiernos mantener un rebaño de borregos manipulados, que se crean a pies puntillas todas las patrañas que les cuenten, que no piensen, que no tengan autocrítica, marionetas sin criterio que sean fáciles de manipular, de robar, de esclavizar y por supuesto, que no se unan y apoyen contra la tiranía, quieren individuos solitarios, sin lazos familiares para poder doblegarlos con facilidad.
Estamos inmersos en un mundo de información chabacana, un mundo sin valores que nos deja insensibles ante dramas como la inmigración de familias como las nuestras que huyen del terror con sus hijos y ancianos, nos han enseñado a no pensar, a borrar de nuestra mente el dolor, tenemos la obligación de ser felices a base de consumir, tenemos que demostrar nuestra felicidad en vacaciones, en Navidad, en los cumpleaños y sonreír porque somos triunfadores y estamos en una posición acomodada, lo contrario se entiende como un fracaso, eso es lo que se esfuerzan en grabarnos a fuego, no podemos compadecernos, los que caen son los fracasados, los inútiles, los pigs, no podemos pensar, el pensar atenta contra el sistema.
Por si esta maquinaria maquiavélica no fuese suficiente, recurren al miedo, amparándose en leyes que atentan contra La Declaración de los Derechos Humanos y contra la razón. En estas circunstancias, tenemos que hacer un esfuerzo por no ser uno más del montón, por ser capaces de salir de la fila, por sentir el miedo en los ojos de los inmigrantes, su hambre, su desesperación, por leer fuera del texto y ver más allá de las imágenes y por no vivir una vida vacía que busca la satisfacción y la felicidad en el último cacharro, vestido, consola que nos metan por los ojos con su propaganda subliminal.
Como mínimo tenemos que ser dueños de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos, de nuestros razonamientos y no dejar que ningún sistema lo haga por nosotros, si lo conseguimos, pasaremos a las acciones voluntarias que nos lleven a luchar por un mundo más justo y más feliz, porque la felicidad no está en lo que poseemos sino en lo que hacemos y lo que conseguimos y cambiamos voluntariamente
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