Tsipras ha pecado de ingenuo tratando
de ganar una baza con una jugada de farol, pero tenía que ganarla contra los
tahúres de la Troika, acostumbrados a aplicar todo tipo de artimañas y engaños y que
además de ser los dueños de la baraja, tienen la banca de su parte.
Tsipras ha sido un ingenuo lanzando un órdago,
aunque era la única posibilidad que tenía en sus manos, para mantener la dignidad y
libertad de su pueblo.
Tsipras es culpable, culpable de
ingenuo y farolero, pero no es un traidor a Grecia, ni se ha enriquecido a
expensas de su patria; Tsipras y su Gobierno tratan de reflotar un barco
destartalado, el barco heredado de otros gobiernos corruptos, los gobiernos que
en sus filas tenían los auténticos culpables del desastre económico de Grecia,
los que se dejaron sobornar por empresas alemanas comprando armamento al doble
de su precio, armamento pagado con el dinero del rescate.
Si hay que juzgar a alguien como traidor y
responsable de la desgracia de Grecia, no podemos ser tan cortos de vista,
Tsipras acaba de aterrizar en un aeropuerto sin torre ni control, un aeropuerto
saqueado ante los ojos de quienes ahora le reclaman soluciones y que
permanecieron mudos ante el saqueo y que ahora tratan de inculpar a los que solo llevan 4 mese en el Gogierno.
Tsipras, eres un tonto bueno, justo y
patriota, pero has hecho una jugada con un farol transparente utilizando unas cartas
trucadas que te ha barajado una pandilla de ladrones sin escrúpulos, ahora la
jugada buena sería únicamente la de romper
el naipe y retirarte de la mesa; haciendo que Grecia salga del euro. Esto no sería el fin del mundo; a corto
plazo, pasar a una moneda de menor valor
tiene un coste económico y social muy elevado, pero Grecia lleva ya dos años
padeciendo dentro del euro y con las medidas impuestas se intensificará su martirio.
A largo plazo sería beneficioso
para la población salir del euro. Además, una salida de Grecia de la Eurozona
tiene importantes costes también para el resto de economías de la zona
monetaria y de otras economías que están fuera del euro, lo que se convierte en
una baza del gobierno griego si se mantiene firme en su postura; una baza con mucho peso, por el previsible acercamiento a Rusia, una jugada peligrosa para la estabilidad de esta Europa de los
bancos reflotados y de los ciudadanos desahucios,
una jugada con resultados impredecibles en
la defensa geopolítica actual y que el Gobierno de EEUU trataría de evitar en
última instancia presionando a Alemania, haciendo posiblemente suavizar las condiciones. Ahora tiene Grecia la última palabra, o le dicen Si a Europa o le dicen No a Tsipras que tendría que dimitir por no haber seguido manteniendo el pulso apoyado por la respuesta de su pueblo en el referendum.
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