Básicamente,
el miedo de usar un ascensor no es una fobia personal en sí mismo, sino que es
una parte de dos fobias más comunes – La claustrofobia y la acrofobia. Mientras
que “claustrofobia” se refiere al miedo a los espacios cerrados, “acrofobia” se
refiere al miedo a las alturas. También en casos muy raros a estas fobias se
suman conjuntamente la tetofobia
peperina , la pitopera , la pampanatosis , la alcalditis papanatus . Cuando todas
estas fobias y delirios se presentan
conjuntamente, el miedo de una persona de dar un paso dentro de un ascensor se hace
tan insoportable que le produce
alucinaciones que pueden dar lugar a balbuceos incomprensibles. La persona
puede llegar a un trance en el cual vuelven a su mente traumas infantiles,
sobre todo, si jugó con muñecas de niño. Esta situación despierta en su
interior un pánico irracional difícil de controlar- Es en este estado de ansiedad
cuando las terapias son más eficaces, es necesario hacerle comprender que nada
le puede pasar en el ascensor y que todos sus recuerdos infantiles son tan solo
eso, fantasías. Para hacerle comprender que no hay necesidad de huir es
aconsejable llenar el ascensor de bragas y sujetadores y hacer que permanezca
cerrado en el durante unos días
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