domingo, 15 de septiembre de 2019

Paliando el desastre de las inundaciones

En la fotografía aérea se aprecia la perdida de tierras arrastradas al mar


Somos una familia de tres miembros y producimos una media de 2 Kg de residuos orgánicos de origen vegetal a la semana que destinamos a hacer compost para huerta urbana, somos vegetarianos, por lo que una familia normal producirá aproximadamente 0,5Kg.

España tiene 46 millones de habitantes,  un 7% menores de 7 años, aproximadamente 3 millones, vamos a descontar a 46 millones, no 3 sino 6 para redondear, nos quedan 40 millones de personas que generan 0,5x40=20 millones de kilos de residuos orgánicos vegetales semanales. Considerando  que de esos 20 millones de kilos un 70% es agua, quedarían 6 millones de kilos de compost semanales, esto sin tener en cuenta lo que se tira en supermercados y comercios, ni tampoco el generado por grandes cadenas alimenticias que me imagino que sus residuos ya se aprovechan con este fin.

Si las administraciones dotasen de composteras a sus ayuntamientos y se mentalizase a la población de la importancia en su reciclado para aliviar la contaminación en el Mundo y para enriquecer la tierra podría conseguirse que de esos 6 millones de kilos se recuperase un 40% y otro 60% se perdiese por la conducta de los que siempre se quejan y nunca se implican con lo que se conseguirían 2,4 millones de kilos de compost semanales en España  
En dos años produciríamos 259 millones de kilos de compost con lo que creo que recuperaríamos restituir a las regiones españolas arrasadas por las inundaciones los fertilizantes necesarios para volverlas productivas a la vez que aliviaríamos la contaminación del Planeta que se encuentra ya en los últimos estertores por la irresponsabilidad de nuestros dirigentes en materia de prohibiciones de plásticos, emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación de ríos, incendios provocados en Amazonía y Siberia, explotación incontrolada de recursos, consumismo exacerbado y chabacano.

Esta gestión de residuos orgánicos vegetales debería realizarse desde los ayuntamientos porque si como de costumbre se realiza mediante subvenciones a empresas de amiguetes que solo se preocupan de enriquecerse  pasaría lo mismo que nos sucede con los residuos tecnológicos que acaban en países tercermundistas o en el fondo del Mar, o con los neumáticos que después de habernos costado un canon por su reciclado terminan ardiendo en Seseña, amontonados en vertederos o tirados directamente al Mar

Tampoco estaría de más que cada hectárea fuese cuadriculada por la plantación de árboles autóctonos que condensarían la humedad reduciendo el regadío y retendrían la erosión de la tierra en épocas de inundaciones que por lo que se observa  irán a más, claro que a los empresarios latifundistas quizás les resulte más rentable dejar el suelo sin estorbos para sus grandes cosechadoras guiadas por GPS o por cualquier otra tecnología de vanguardia y marcharse con los bártulos hacia un país tercermundista donde sus dirigentes arrojen de sus tierras a pueblos indígenas, para cosechar soja, palma o mierda en bote si es rentable

Me he limitado a hablar de lo que podríamos hacer en España con unas administraciones responsables e implicadas que se preocupasen más por resolver los problemas que por sacarse fotografías in situ,  como ha pasado en el Terremoto de Lorca donde fueron nuestros políticos a llorar y a estrechar abrazos, pero aún hay problemas de reconstrucción, pero en realidad estas gestiones de residuos se debería exigir desde Europa, aún antes de preocuparse por el gasto público o el pago de las deudas ilegales

Así terminan los residuos reciclados


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