sábado, 9 de junio de 2012

Recordando Cuentos 2


Hubo una vez un pueblo llamado España  que vivía bajo un régimen totalitario y que deseaban mucho tener libertad. Después de un largo tiempo de gobernar por generalísimo decreto, la presión popular, consiguió que España diese  a luz una niña llamada Democracia. Era tanta su alegría que se anunció una gran fiesta cada vez que la niña cumpliese cuatro años en la cual los españoles podrían obsequiarla con un voto.
Lo que nadie podía imaginarse es que aquella niña tan querida nacería con un maleficio que la mantendría dormida durante toda su vida hasta que un pueblo valiente fuese capaz de enfrentarse a la desidia que lo tenía amordazado y enfrentarse  a los engatusadores que habían conseguido con el sueño de Democracia privar de los sueños a todos los ciudadanos del reino.
 Resultó que de pronto nada más nacer la niña, que una mujer entró en la sala. ¡Oh! ¡Era el hada malvada llamada  Gran Banca!
- ¡Se han olvidado de mí! - dijo muy furiosa, y lanzó un hechizo contra la Princesa: - ¡El día de tu nacimiento te pincharás con una aguja de la anestesia neoliberal y dormirás por los siglos de los siglos!
La última de las hadas buenas, que aún no había dado su regalo, dijo con, voz dulce: - Majestades, vuestra hija se pinchará el dedo con una aguja, pero no dormirá eternamente; un pueblo cansado de las mentiras y harto de soportar en sus carnes la inoperancia, la corrupción ‘la injusticia y la desidia la despertará con un apoyo masivo que la niña recibirá como un beso de amor.
Volviendo con los festejos celebrados cada cuatro años os diré que en estas conmemoraciones estaban invitados todos los partidos políticos y estos a su vez invitaban al banquete a sus mas fieles vasallos  con entradas limitadas y cerradas entre los que se encontraban hadas y brujas, durante los banquetes, las puertas permanecían cerradas para el resto de los mortales que permanecían felices esperando las decisiones tomadas por  los componentes de la mesa principal.
En estos banquetes los participantes se repartían no solo platos suculentos, sino también automóviles de lujo, sueldos astronómicos, tarjetas de crédito, medallas, títulos y un sinfín de prebendas.
También se tomaban todo tipo de decisiones sin tener en cuenta los fondos del país pues decían “Detrás de mi vendrá quién todo lo pagará”; de esta manera se construyeron obras faraónicas; aeropuertos sin vuelos, geriátricos sin ancianos, museos sin exposiciones, ambulatorios sin médicos
Las brujas que formaban parte de la gran familia dirigente se dedicaban a raspar la pota de los ciudadanos hasta que se quedó sin fondo. Y las pocas hadas buenas permanecían calladas y paralizadas porque en caso contrario serian puestas de patitas en la calle y se quedarían fuera del suculento reparto
Mientras tanto las hadas seguían otorgando a la pequeña princesa un don cada una mientras las brujas se tronchaban y hacían sus brebajes para mantener la amnesia de los súbditos
  1. ¡Serás la más justa de todas las doncellas!
  2. ¡Tendrás la bondad de un ángel!
  3. ¡La gracia de una gacela!
  4. ¡Traerás la felicidad de todos los votantes!
  5. ¡Tus seguidores serán libres y tendrán derechos!
  6. ¡Maravillarás al mundo!
Pero la verdad, la única verdad es que la niña no hacía otra cosa que dormir y cada día se volvía más gorda y fea y los votantes cada día que pasaba tenían mas paro, más desahucios y contemplaban más tropelías de las brujas del reino
Y así pasaron los años hasta que un apuesto príncipe llamado 15M, montado en su corcel, paso cerca del lugar. Entonces, como por ensalmo, el caballo se detuvo. Tan pronto como desmontó el Príncipe, el bosque impenetrable se abrió ante sus ojos y vio el castillo. El Príncipe, intrigado, entró en aquel lugar, donde todo el mundo parecía dormir.
Cuando llegó al magnífico lecho de oro y plata, la hermosa Princesa dormía. Asombrado por su belleza, se inclinó y posó suavemente sus labios sobre las rosadas mejillas de la hermosa joven.
¡La bella Princesa despertó!; Y con ella también despertaron todos súbditos que hasta entonces permanecieron aletargados.
¡Todos comenzaron a exigir justicia, trabajo! y a luchar contra los privilegios y la corrupción. Exigieron asimismo que las brujas abandonasen el reino. Al día siguiente, los festejos terminaron con una gran boda que unió para siempre a la Princesa y al pueblo que nunca más permaneció dormido y nunca, nunca más permitió que las votaciones fueran cerradas con brujas en las listas.

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