sábado, 3 de diciembre de 2016

Esta noche han quemado un contenedor




Esta noche han quemado un contenedor, las llamas y las pequeñas explosiones hacían peligrar los coches aparcados y también el edificio próximo, eran las cuatro de la mañana, una hora en que el incendio podría terminar en tragedia sin que nadie se percatase, no ha sido así, mi hijo que tiene un sueño muy ligero notó las llamas a través de las cortinas y llamamos a la policía, en breves minutos, nuestros bomberos que tan buen servicio prestan a la Sociedad, por una pequeña remuneración estaban cumpliendo con su deber y la noche volvió a la calma frente a nuestra ventana.

¿Qué está ocurriendo? mejor dicho ¿Qué ocurre desde el principio de los tiempos en este mundo emponzoñado ¿ ….

Niños que acosan día y noche, con todos los medios a su alcance, a  compañeros de estudios, por su color, sus ademanes, sus “rarezas” que en muchas ocasiones son virtudes que los hacen diferentes de otros pequeños malvados instruidos por  programas satánicos en una televisión desquiciada, sin valores, ávida de dinero fácil y sensacionalismo, que en lugar de educar, refina los instintos criminales subyacentes ya en el ADN de potenciales asesinos, que provocan el terror, la desorientación psicológica  y el deseo de terminar con su vida, a inocentes que concluyen su breve camino en este mundo, arrojándose al vacío desde un edificio, como la última denuncia a esta  Sociedad sorda y ciega de su tortura, desesperación, soledad y angustia.
 
Jóvenes, ya más expertos en el arte del sadismo sin límites, que a edades tempranas no sienten ninguna empatía por los seres que les rodean y que maltratan hasta la muerte por diversión a animales de compañía, violan a compañeras o queman en vida a una anciana que la suerte les ha dado la espalda, si es que se puede llamar suerte al dinero ensangrentado en tantas naciones en conflicto generado por depredadores con títulos rimbombantes, medallas, laureles y coronas. Jóvenes sin escrúpulos que incluso llegan a maltratan y atemorizan a sus pobres padres, los cuales, por un concepto equivocado del amor se postran y soportan el escarnio, entregándose a sus pequeños verdugos y renunciando a su propia vida.

Maridos envenenados por el odio que matan de manera brutal a su compañera y en ocasiones también a su descendencia, ensañándose hasta lo  inimaginable; algunos de ellos, enfermos por haberse  atiborrado de alcohol y  drogas, otros, verdugos que  han refinado sus instintos hasta endemoniarse, los más, seres mezquinos, engreídos sin valores,  heridos  en  su propio ego, porque su amor enfermo considera de su propiedad a la mujer que le acompaña y su baja autoestima no le permite que ella levante la cabeza, y mire otra cosa que no sea su carcelero irracional.

Madres que después de haber parido y ser por tanto tocadas en el corazón, por el dedo invisible del amor, la entrega, la generosidad, el sacrificio infinito, capaz de entregar su vida por el retoño que llena todo su ser y hace inmensa su alegría llenando plenamente su existencia, incomprensiblemente, o posiblemente, intoxicadas también por el alcohol, las drogas, la perversidad de muchos medios de intoxicación,  arrojan a sus retoños recién nacidos a un contenedor  como si se tratase de un desperdicio.

Profesores, educadores, sacerdotes… que viven una vida falsa, dando una imagen de sí mismos totalmente distorsionada, mostrando unas virtudes de las que carecen y escondiendo una perversidad infinita a los que les rodean, depredadores sanguinarios que se disfrazan de padres de familia, religiosos dignos de toda alabanza y que desatan a escondidas unos instintos satánicos, violando niños indefensos, tejiendo una maquinada telaraña a su alrededor  que los enmudece y aterroriza de por vida.

Empresarios muy bien considerados por esta Sociedad Enferma, que explotan y esclavizan  a sus obreros y empleados cargados de deudas, pagándoles sueldos de hambre y de miseria mientras ellos se enriquecen y que no les tiembla el pulso para  arrojarlos al paro y al desempleo cuando ya no les pueden exprimir ni una gota más de sudor y dejan de ser rentables, esos mismos empresarios que esquilman los mares, las selvas y dejan tras de sí un desierto de miseria.

Grandes multinacionales que apoyan regímenes dictatoriales para explotar los recursos  energéticos de países hasta convertirlos  en verdaderos vertederos,  contaminando sus ríos, sus selvas sin que nadie frene su depredación irracional.

Banqueros que tejen una maraña de redes pegajosas,  para engatusar a sus clientes a los que les ofrecen toallas paraguas y sonrisas para ganar su confianza y que luego timan con preferentes, hipoteca con suelo y mil argucias legales para arrebatarles el ahorro de una vida de trabajo y de sacrificios, banqueros que no les duelen prendas para dejar en la calle a familias con menores y ancianos por no cumplir un contrato con mucha letra pequeña, firmado sin la presencia de un notario que pueda asesorar a la víctima que ha caído en la trampa.

Políticos que presumen de patriotas y se envuelven en banderas llenándose de medallas, comulgando semanalmente y que detrás de esa pantalla de persona honesta, responsable y entregada, se esconde un corrupto insaciable que esquilma al país  hasta el último céntimo de los fondos públicos necesarios para mantener la Sanidad, la Educación, las ayudas a dependientes... sin que la Administración haga nada por impedirlo

Organizaciones internacionales, sufragadas muchas veces con fondos públicos que tras una función rimbombante de ayudas al tercer mundo, se dedican a esquilmar los recursos naturales de países en vías de desarrollo.

Naciones “democráticas “ que  fomentan y subvencionan, cuando no participan directamente en cruentas guerras ilegales masacrando la población civil con bombardeos  sobre escuelas, hospitales  y mercados con la única intención de esquilmar sus recursos energéticos

Naciones “democráticas” que han apoyado y/o participado en masacrar a familias inocentes en Siria, Libia, Irak, Afganistán  y que cierran sus fronteras a las víctimas que huyen del horror y que son hacinadas en Turquía sin las mínimas garantías a las que tienen derecho como refugiados.  

La Iglesia nos dice que reencarnaremos en nuestros propios cuerpos, pero para mí  hay pocas verdades que se mantienen en la Biblia, dos de ellas pronunciadas por Jesús, el crucificado por los fariseos que seguían el Antiguo Testamento :
“ Mi reino no es de este mundo” no es el líder de ningún país, de ninguna religión, no ocupa ningún trono, ni lugar en ninguna basílica, el es el elegido para defender a los pobres, a los perseguidos  y para arrojar a los que han convertido la casa de oración en cueva de ladrones.

“Por sus obras los conoceréis” no  los distinguiréis por sus coronas, túnicas, sus mitras, sus salmos, sus pregones, lo haréis por su entrega desinteresada, por su amor a los semejantes , por su lucha contra la injusticia, porque lo han entregado todo por amor.

Yo no soy creyente, la Iglesia, sus tesoros,  sus crímenes en épocas de la Santa Inquisición, sus escándalos de pedofilia…se han encargado de abrirme los ojos a la cruda realidad, pero si, desechando de las Escrituras, el Antiguo Testamento con el Adán de barro, la Eva de la costilla, la culebra y la manzana,  la maternidad de la Virgen concebida por el Espíritu con forma de paloma, creyese en la Biblia como la palabra de Dios escrita, sacaría en conclusión que la Iglesia no sigue en absoluto su mandato y convierte hoy como antes, la Casa de Oración en Cueva de Ladrones.

En Conclusión, creo que este mundo no es el reino del Señor del Amor, sino el reino del Señor de los Avernos  y que solo cambiará si el amor llega a reinar por encima de los macabros intereses de los poderosos sin conciencia.

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