Los dueños, judíos ortodoxos de la lencería en Manhattan donde trabajaba Lauren Odas han ordenado a su jefa que la despidiera por tener los pechos grandes y distraer a sus compañeros.
Seguramente el verdadero motivo ha sido el no tener que arrancarse un ojo como lo mandan las escrituras, pero en este caso el problema se encuentra en sus reducidas meninges que no filtran esas, para ellos pecaminosas ilusiones y que como resultado les produce una hinchazón en la entrepierna, cosa por otro lado natural por estar dotados fisiológicamente los humanos de mecanismos que pueden despertar incluso involuntariamente el deseo de procrear, cuando se observa el canalillo de una moza bien plantada, pero algunos de estos ortodoxos ya se sabe que son de golpe en el pecho de cintura para arriba y de casa para afuera.
http://noticias.terra.es/2012/mundo/0523/actualidad/despedida-tener-pechos-demasiado-grandes.aspx
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