sábado, 19 de noviembre de 2022

La justicia no tiene un chicle

Estamos acostumbrados a las desagradables sorpresas que nos da la justicia; vemos como condenados a cientos de años, salen en libertad con un par de decenas. Me gustaría saber que laboratorio acreditado calibra sus tiempos y cuál es la trazabilidad de sus patrones, o quizás, no se necesitan medidas estandarizadas y los jueces utilicen la braza, el pie, o tengan un año elástico como un chicle. También me gustaría saber cómo sus procesos siguen todavía en soportes de papel, en una época, que en las viviendas de los españoles, hay dos o tres ordenadores en red y estos españoles, almacenan todas sus fotografías, vídeos, documentos, en pendrives, o en la nube. Entendemos también, claro, que si se facilita mucho el acceso a esta descomunal información, no sería fácil que muchos privilegiados se librasen de la cárcel por haber caducado sus delitos como los yogures. No dejan de sorprendernos también los indultos a corruptos políticos y banqueros, ni las inviolabilidades absolutas de monarcas. Hoy consternados comprobamos, cómo se están reduciendo condenadas a violadores, con la “Ley de Solo Si es Si”. Ya nadie se acuerda de cuando intencionadamente y no por resquicios, ni grietas o errores, el Gobierno de Rajoy, eliminó la Justicia Internacional y tampoco nos acordamos de la chusma que se benefició de esta medida sangrante. Naturalmente que nos preocupa y nos asquea lo que está pasando, pero pensamos ¿Cómo es posible que esto esté sucediendo? ¿Será que, aunque la justicia tenga esos años de chicle que estiran y encojen, no tiene sin embargo, ni un chicle para taponar esta vía de agua fétida que está ensuciando el País? Está claro que nosotros los pobres mortales no tenemos la formación necesaria para entender de leyes y porque esto se produce y no se subsana inmediatamente, aunque después estemos preparadísimos y obligados a formar jurados populares y tomar decisiones judiciales. Si, es cierto, no estamos preparados para entender las leyes, pero nosotros pensamos, y nos preguntamos ¿qué pasaría si por un error de señalización, se desviara el tráfico equivocadamente en una autovía, y se produjeran varios accidentes de circulación simultáneos? Pues lo que pasaría sería que, rápidamente se cambiarían las señales, se movilizarían agentes y se corregiría en unas horas la situación. Entonces, nos preguntamos ¿Qué están esperando los grandes jueces pensantes, y porque no hacen algo, para resolver este enorme problema que lo está enlodando todo, si saben qué el vertido de esas heces fecales, era precisamente, lo que esta ley trataba de evitar?

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